Mercedes Formica - Mujeres en los nombres de calles de Cádiz (sitios de interés)
Descripción del sitio
(Cádiz, 1916 - Málaga, 2002)
Fue una escritora y abogada. Usó además el seudónimo de Elena Puerto para la novela rosa
El empeño de su madre le hizo estudiar bachillerato y preparar el acceso a la Universidad en 1931; ingresó en la Facultad de Derecho de Sevilla, donde tuvo a profesores formados en la Institución Libre de Enseñanza; cómo única alumna debía ir acompañada a clase con una «doña» para subvenir prejuicios. Sus padres se divorciaron en 1933, y ello influyó en su posterior interés por la suerte de las mujeres separadas.
Ya licenciada, se trasladó a Madrid y decidió afiliarse a la Falange Española desde sus mismos orígenes; fue en su tiempo una de las tres únicas abogadas de Madrid. Admiradora de José Antonio Primo de Rivera desde su juventud, éste la nombró delegada nacional del SEU femenino en 1936 y miembro de la dirección de la Falange
Dedicó su vida a intentar mejorar las condiciones legales de las mujeres en la España franquista desde la prensa y las tribunas que ocupó consiguiendo algunas mejoras legales como la reforma de 1958 que sustituyó el concepto «casa del marido», con el que se definía la vivienda común del matrimonio, para transformarlo en el «hogar conyugal», el término propuesto por Mercedes Fórmica. Desde entonces los jueces pudieron decretar que fuese la mujer la que disfrutase de la vivienda conyugal tras la separación. También eliminó la figura degradante del «depósito de la mujer», ese derecho-obligación del marido de «depositarla» en casa de los padres o en un convento. Además se limitaron los poderes casi absolutos que tenía el marido para administrar y vender los bienes del matrimonio, y permitió que las mujeres viudas que contrajesen nuevo matrimonio pudieran mantener la patria potestad sobre sus hijos.
Fue una escritora y abogada. Usó además el seudónimo de Elena Puerto para la novela rosa
El empeño de su madre le hizo estudiar bachillerato y preparar el acceso a la Universidad en 1931; ingresó en la Facultad de Derecho de Sevilla, donde tuvo a profesores formados en la Institución Libre de Enseñanza; cómo única alumna debía ir acompañada a clase con una «doña» para subvenir prejuicios. Sus padres se divorciaron en 1933, y ello influyó en su posterior interés por la suerte de las mujeres separadas.
Ya licenciada, se trasladó a Madrid y decidió afiliarse a la Falange Española desde sus mismos orígenes; fue en su tiempo una de las tres únicas abogadas de Madrid. Admiradora de José Antonio Primo de Rivera desde su juventud, éste la nombró delegada nacional del SEU femenino en 1936 y miembro de la dirección de la Falange
Dedicó su vida a intentar mejorar las condiciones legales de las mujeres en la España franquista desde la prensa y las tribunas que ocupó consiguiendo algunas mejoras legales como la reforma de 1958 que sustituyó el concepto «casa del marido», con el que se definía la vivienda común del matrimonio, para transformarlo en el «hogar conyugal», el término propuesto por Mercedes Fórmica. Desde entonces los jueces pudieron decretar que fuese la mujer la que disfrutase de la vivienda conyugal tras la separación. También eliminó la figura degradante del «depósito de la mujer», ese derecho-obligación del marido de «depositarla» en casa de los padres o en un convento. Además se limitaron los poderes casi absolutos que tenía el marido para administrar y vender los bienes del matrimonio, y permitió que las mujeres viudas que contrajesen nuevo matrimonio pudieran mantener la patria potestad sobre sus hijos.