Salimos desde el refujio de Riglos, atravesamos el pueblo y llegamos a la pista. Al rato se deja la pista para ir por un camino que cruza el bosque hasta el inicio de la ferrata, que es muy sencilla y dura una hora máx. Se llegua hasta el mirador de los buitres y de nuevo se baja hasta el bosque para volver por el camino y de nuevo tomar la pista hacia riglos, pero antes de llegar nos desviamos para hacer la vuelta a Riglos, la cual sube por detrá de los mallos y en el punto más alto hay otro mirador espectacular. Desupés siguiendo la senda bien marcada se llega de nuevo al pueblo pasando entre los mallos.
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