Cueva del Muerto

ACCESO - En nuestro caso partimos de Épila dirección La Almunia de Doña Godina, a la cual llegamos tras rebasar las localidades de Lucena de Jalón y Calatorao, cruzamos la población y salimos de ella siguiendo la antigua carretera N-II y tras el descenso que realiza la misma, cruzamos el puente del Cascajar por donde discurre el río Grio, en el punto kilométrico 268, tras el cual y a unos 150 m. adelante se halla a nuestra derecha una pequeña zona de descanso, donde dejamos el coche. ITINERARIO A LA CUEVA - En el día prevío a la ascensión con el club, a la Peña Montañesa y tras el aviso de Mario de que iban a realizar la incursión a esta fascinante cavidad, nos decidimos Sergio y un servidor, a acompañarles, para ello, comenzamos tomando la pista de tierra que se halla justo al lado de donde hemos aparcado y que se encuentra señalizada con un poste indicativo, con las indicaciones de: Cueva de la Sima, Ruta de los Azudes, Camino de las Conchas y Ricla. - Enseguida giramos a la izquierda y avanzamos paralelo a la autovía, para llegar tras 2 min. de suave ascenso, a la bifurcación que se dirige a la Ruta de los Azudes y Ricla, y que por mediación de un túnel, cruza la autovía. - Dejamos a nuestra derecha la mencionada bifurcación y seguimos recto, iniciando ahora un fuerte repecho hasta alcanzar un mirador situado a la derecha de la pista y que nos ofrece una gran panorámica de la comarca de Valdejalón, con las localidades de Ricla y La Almunia de Doña Godina, en primer término. - Obviando una pista que se encuentra enfrente del mirador, seguimos por la pista principal girando a la izquierda y separándonos definitivamente de la autovía. Ahora con el barranco donde se ubica la Cueva de los Piojos al frente, vamos llaneando y enseguida dejamos a nuestra derecha una difusa pista, para llegar unos metros más adelante a una curva que gira a la derecha, donde desemboca el barranco que en su ladera izquierda conserva la Cueva de los Piojos y donde ya es visible a nuestra izquierda y unos metros más adelante, la valla que cerca la Cueva de la Sima o del Mármol, donde decidimos esperar la llegada de los que iban a ser nuestros compañeros de incursión y que provenientes de Zaragoza y tras 15 min. de espera, hace acto de presencia la furgoneta de nuestros compañeros. INCURSION A LA CUEVA - Tras preparar el material a emplear y colocarnos los buzos, arneses y frontales, cruzamos la pista y nos elevamos por una difusa senda que se halla justo enfrente de la Cueva de la Sima y entre matorral de escaso porte, alcanzamos en breve la entrada de la cavidad. - Su entrada de un metro de altura por unos tres de ancho, nos obliga a ir algo agachados por una rampa escalonada descendente, que en breve nos deposita en una pequeña plataforma, en la cabecera de un pozo vertical de 9 metros que debemos de descender. - El pozo se halla equipado con un par de reuniones, así que tras la instalación de la escala y la reunión, rapelamos el mismo y nos deposita en un pequeño rellano, donde nos despojamos de los arneses, pues ya no los emplearemos hasta que no nos toque remontar el pozo. - Ahora continuamos hacia la izquierda (derecha mirando a la pared del pozo) superando una escalonada y baja repisa que nos obliga a ir agachados y que nos deposita en el inicio del estrecho Paso de los Guardias Civiles, en el que es recomendable llevar rodilleras y coderas, aunque Sergio y un servidor no las portábamos y junto a otros pasos, terminaron por magullarnos codos y rodillas. - El mencionado paso, en sus primeros metros nos obliga a avanzar agachados y ladeados hacia la izquierda, por donde vamos observando algunas pequeñas columnas y estalactitas, para luego arrastrarnos con la cabeza pegada al suelo, por una angosta gatera, dando por finalizado así, el Paso de los Guardias Civiles. - Entre pequeñas estalactitas, continuamos ahora rebasando a gatas un corto tramo de bajo techo que nos deposita en la Cárcel, una serie de bellas columnas que se asemejan a los barrotes de una prisión. - Tras una sesión fotográfica, seguimos adelante pasando entre las columnas que forman la Cárcel, apareciendo ante nosotros unas apiñadas estalactitas y unas grandiosas y espectaculares columnas que llaman nuestra atención y por una amplia galería vamos superando algún pequeño resalte arcilloso y resbaladizo, llegando así, a unas notorias formaciones estalactíticas denominadas Los Órganos, que al golpear suavemente sobre ellas, emiten diferentes sonidos. - En este punto dejamos a nuestra derecha la Galería del Barro, la cual visitaremos más tarde y siguiendo de frente, superamos un nuevo resalte que nos deposita en una zona en la que observamos bellas estalactitas excéntricas, así como una espectacular columna de aragonito blanco, para poco más adelante observar un gran numero de apiñados murciélagos, que al notar nuestra presencia, algunos revolotean por encima de nuestras cabezas. - Un nuevo sinfín de estalactitas y columnas nos vuelven a sorprender y tras superar un pequeño conducto y una rampa que superamos sentados, ante el resbaladizo terreno, alcanzamos una bella y concrecionada sala, donde un resbaladizo resalte de 3 metros aparece ante nosotros, y el cual superamos mediante una trepada, alcanzando tras el, un estrecho y angosto conducto llamado Paso de la Bellota. - Excepto Mario, gran conocedor de esta fascinante cavidad, superamos con algún apuro este mencionado paso, en el que hay que entrar con los pies por delante y coger muy bien la postura para poder atravesarlo. Ya al otro lado del paso, gran cantidad de estalactitas, estalagmitas y columnas, nos vuelven a sorprender, llegando así, a una nueva bifurcación, donde seguimos hacia la izquierda dejando al frente y a la derecha, dos pequeñas galerías que luego visitaremos. - Estamos ahora, en el inicio de la Galería de la Virgen, que nos llama la atención conforme avanzamos con algunas excéntricas estalactitas y sus paredes plagadas de formaciones coralinas, alcanzando enseguida el final de la misma, donde encontramos en una amplia colada tapizada de pequeñas formaciones coralinas, la pequeña Virgen que da nombre a la galería. - Volvemos a la bifurcación y tras una parada para descansar y comer algo, continuamos por la galería que habíamos dejado al frente y entre pequeñas formaciones llegamos enseguida en una cada vez reducida galería, al punto más profundo y alejado de la cueva. - De nuevo en la bifurcación, seguimos ahora por la galería que habíamos dejado a la derecha, descendiendo un pequeño resalte, y a veces de pie y otras veces en cuclillas, vamos observando bellas formaciones coralinas, alcanzando enseguida el final de la misma. - Tras ello, nos dirigimos hacia el exterior volviendo a rebasar con algún que otro apuro el Paso de la Bellota y llegando al punto donde se encuentran Los Órganos, donde anteriormente habíamos dejado a nuestra derecha la Galería del Barro, la cual nos disponemos a visitar ahora. - Primeramente avanzamos entre unas altas y húmedas columnas, para poco después llegar a un circular conducto, el cual superamos mediante una arrastrada, saliendo así, a una zona donde la galería toma mayores dimensiones, que nos permite seguir de pie por un rojizo suelo de barro, llegando poco después al final de la misma. - Definitivamente nos dirigimos ya hacia el exterior, superando ya magullados el Paso de los Guardias Civiles, llegando así a la base del pozo, el cual remontamos con la ayuda de la escala y asegurados con la cuerda, sin mayor dificultad que el propio esfuerzo físico. - Tras 5 horas en el interior de esta fascinante cavidad, magullado de codos y rodillas, pero feliz y contento por la inolvidable experiencia vivida, nos cambiamos de ropa y tras subir a la furgoneta de nuestros compañeros, nos depositan en el inicio de la pista, donde habíamos dejado nuestro coche. - Si hay una frase para describir esta cueva podría ser la que utilizan los espeleo-romeros: El paraíso de los amantes de los laberintos barrocos.