RASCAFRÍA-BOSQUE DEL FINLANDÉS-LAS PRESILLAS-CAMPAMENTO AGUILÓN-EL PAULAR

Marcha realizada el sábado 22 de septiembre de 2012 Se trata de un cómodo, bonito y tranquilo paseo para hacer con niños y abuelos, más que una caminata o marcha al uso. Empezaremos a caminar en la plaza del ayuntamiento de Rascafría a las once pasadas. En esta ocasión somos un grupo bastante numeroso, puesto que después pensamos comer todos juntos en el restaurante asturiano “El Tascón”, que se encuentra en el pueblo del Cuadrón, y donde un buen plato de fabada con sidra nos dejó más cerca de las nubes, ausentes por la pertinaz sequía, que del polvo del camino realizado. Del pueblo de Rascafría salimos con dirección sureste, buscando el puente sobre el río Lozoya, muy cerca del molino de las Briscas. Desde aquí, cerca de kilómetro y medio hasta la laguna del Bosque de los Finlandeses, con el río siempre a nuestra derecha, pero pasando primero (según marca el waypoint) por el antiguo Batán, ahora en ruinas, y que constituye el lugar donde se fabricó el papel para una de las primeras ediciones de nuestra obra magna “Don Quijote de la Mancha”. Un agradable paseo por el Bosque del Finlandés entre álamos, chopos y fresnos, sobre todo, pero también con unas setas de porte impresionante (color blanco marfil), que no son ni más ni menos que primas hermanas de los níscalos o lactarius deliciosus, en este caso lactarius controversus, no comestibles. Desde aquí en poco más de cinco minutos pasaremos muy cerca del albergue de Los Batanes, para salir poco después a la pista que viene del Paular y pasando por el puente del Perdón, se dirige hacia la zona de las Presillas, donde por cierto, había algunas familias remojándose y con los bártulos para pasar el día. Desde aquí, otro kilómetro y doscientos metros más hasta llegar al cruce, que también se marca con el correspondiente waypoint, y que señaliza el inicio del sendero hacia las cascadas del purgatorio. Por cierto, que dicho recorrido hasta las cascadas se puede hacer de ida por el margen izquierdo del río Aguilón, y de vuelta por el otro margen del río, pues por ambos márgenes hay sendero para poder realizarlo. Nosotros cruzamos el río por el puente de madera, y poco después también cruzamos el río Lozoya, que juntará sus aguas al del Aguilón, un poco más abajo. Hasta la carretera que viene del puerto de Cotos, poco más de medio kilómetro, para pasándola con mucho cuidado, pues la visibilidad no es amplia, dirigirnos de vuelta hacia el monasterio del Paular, esta vez por una pista paralela a la carretera ya citada, pero habiendo cruzado antes por un bonito puente de madera el río Garcisancho o de la Umbría, en el que había gente refrescándose en unas pozas con muy buena pinta, aunque por los comentarios que se oían, con el agua bastante fresquita. En un kilómetro y medio más nos plantamos en el arboreto Giner de los Ríos, que se encuentra frente al monasterio del Paular, y por un cómodo paseo que hicieron hace ya unos cuantos años y que une el Paular con Rascafría llegaremos al pueblo en poco más de veinte minutos, para recoger los coches y darnos un merecido homenaje en el pueblo del Cuadrón, que siendo pedanía de Garganta de los Montes hasta hace bien poco, pasó a tener otra categoría con la entidad de todo un pueblecito con personalidad propia. A DESTACAR: - El entorno del Bosque del Finlandés, que a pesar de la sequía, se mantiene como puede, ofreciendo un agradable paseo por zona de umbría. - La gran cantidad de pistas y sendas que permiten múltiples opciones para alargar o acortar la marcha, según las necesidades. - La posibilidad de sitios como las Presillas, para hacer picnic y comer sobre la marcha, o incluso darse un remojón en las piscinas naturales, sobre el río Lozoya, que hay para tal uso.