Pico del Lobo desde la Estación de ski de la Pinilla

2012-11-18. La subida se enmarca dentro del Trofeo Cumbres del Centenario del R.S.A de Peñalara. No conocíamos la Sierra de Ayllón, así que el hecho de estar incluida en la lista de cumbres del trofeo era la excusa perfecta para acercarnos a esta parte del sistema central. El Pico del Lobo, con sus 2274m, es la cima más alta de la Sierra de Ayllón, a parte de ser el techo de la provincia de Guadalajara El parte meteorológico anuncia lluvias moderadas para la primera parte del día en la Sierra de Ayllón y Somosierra, así que no tenemos ninguna prisa en comenzar nuestra excursión. Salimos de Madrid por la A-1 dirección hasta Riaza, y luego subimos a la estación de ski de La Pinilla, comenzando a andar a las 11:00h de la mañana. Hay bastante niebla a pratir de los 1700m pero no llueve. Aparcamos el coche en el parking de la estación de la Pinilla, y subimos hasta el acceso a la estación. Pasamos los tornos de la estación y siguiendo la linea de pilonas del teleski ascendemos en linea recta y con buen desnivel hasta la Plana de La Pinilla (1800m) tras una hora de caminada. En la plana se empiezan a ver los primeros claros, la niebla va y viene y nos deja entrever las cumbres en la parte superior de la estación. Continuamos el camino desde La Plana cogiendo las pistas que suben por la izquierda. La Pendiente comienza a notarse. El camino es evidente, simplemente seguir la pista de ski y los cañones de nieve artificial. Una vez llegamos al final de la pista, donde termina el remonte, nos encontramos con los carteles de El Mirador, a unos 2040m y después de 1h30m de caminada. La niebla vuelve a cubrir todo el cordal, así que no nos deja ver bien cual es el camino más fácil. A partir de aquí el camino evidente se acaba e improvisamos un poco, giramos a mano izquierda y vamos avanzando por las rocas dirección a un portillo que se ve a lo lejos. El ascenso sin nieve es fácil, necesitando en alguna ocasión el apoyo de manos, simplemente hay que tener un poco de cuidado con la roca mojada. Entre la niebla oimos hablar a un grupo de gente que descendía y avanzamos hasta ellos. Sospecho que el camino habitual de subida debe ser el camino que están siguiendo, que evita subir desde la plana por las pistas de Ski, pero no tengo la ocasión de preguntarlo por que cuando llego ya están bien por debajo de nosotros. Una vez alcanzada la zona de su descenso nos situamos directamente por debajo de un portillo que llega directamente al cordal. Los últimos 75m de desnivel tienen una pendiente aproximada de un 50% (30 grados). Una vez en el portillo nos encontramos con un camino que parece recorrer todo el cordal. Giramos a mano izquierda y lo seguimos hasta ver el Pico del Lobo. En la cima una antiguo edificio abandonado y derruido que parece ser de la antigua estación de ski. Por fin llegamos a la cima tras 2h15m de caminada, incluyendo paradas. Descansamos en la cima, almorzamos y nos ponemos de vuelta. Para volver seguimos el camino que avanza por el cordal. En realidad este camino acabaría en el Puerto de La Quesera, que era la otra ruta que habíamos barajado. Sin embargo, tras avanzar 2km desde la cima, vemos un camino que se desvía por la ladera izquierda, y que es el que baja zigzagueando hasta la estación de la pinilla. El camino a partir de entonces es de nuevo evidente y bastante fácil, trascurre entre pinares. Seguimos descendiendo, entreteniendonos con la gran cantidad de setas diferentes que vamos, y por fin llegamos de nuevo al parking de la Pinilla, a las 15h de la tarde, tras 4h de caminata. Resumen: Ruta fácil, rápida y sin peligro en ausencia de nieve, a tan sólo 1h15m de Madrid. Tan sólo la última parte puede ser un poco resbaladiza y peligrosa con la roca mojada, pero no es necesario en ningún momento hacer trepadas. La ruta trascurre en su primera parte entre pinares hasta llegar a La Plana de La Pinilla. El itinerario elegido no es probablemente el más bonito ya que hasta la zona del mirador seguimos directamente las pistas y las pilonas de la estación de ski, sin embargo tiene la ventaja de que en un día de niebla como el de hoy no tiene pérdida.