Estaba con Lucía López en el C3 cuando vimos a un hombre tambaleante bajando por la banda amarilla. Lucía quería ir a por él. Eran pocos metros, quizá una hora de operaciones, pero era casi de noche y pensé que requería profesionales. Grité ofreciendo 500 € por su rescate a los sherpas del campamento... nada. Subí a 1000 €... nada. Abrimos una tienda y preguntamos directamente cuánto querían por rescatarle. Dijeron que sus clientes habían pagado una gran suma por hacer cumbre y que no iban a rescatarle. Los clientes callaban. Justo en ese momento el hombre se cayó. Primero se deslizó despacio, después, al chocar contra un relieve, se elevó dando giros locos en el aire, luego aterrizó y su caída se aceleró prodigiosamente hasta desaparecer en un cortado. Le dimos por muerto/insalvable. Me rayé. No iba a hacer cumbre con esa panda... Al día siguiente me asomé al valle. Sorprendentemente una mancha se movía. Cogí el agua con glucosa y bajé corriendo. Se llamaba Pepe, Pepe Quintana... creo que lo puedo decir porque ya ha sido publicado en la prensa especializada. Le dejé con el agua en la ruta hollada, por donde pasaban todas las expediciones, y me quedé muy tranquilo pensando que se organizaría de forma natural su rescate. Nada de eso. La gente pasaba ante él casi sin mirarlo. Me impresionó bastante. Parece ser que en el Himalaya te dejan morir sin el mayor reparo. Así que me tocó bajarlo solo. En realidad bajó él. Se apoyaba en mi mochila y cuando tropezaba le contenía como podía para que no cayese, pues el tramo del C3 al C2 es muy empinado. Como estaba muy debilitado por la caída y la noche al raso, íbamos muy lentos pues tenía que pararse a descansar continuamente. Cuando estábamos cerca del C2, ya no pudo más. La cosa estaba negra. Nos habíamos cruzado con más de 100 montañeros, nadie nos había ayudado y nadie nos iba a ayudar. Apareció Ferran Latorre y entre los dos lo llevamos a la tienda. Ferran organizó la situación. Consiguió oxígeno y voluntarios que bajaban, mientras yo asistía a Pepe en lo básico: hidratación, medicamentos, etc Y pasó la noche. En el descenso los voluntarios desaparecieron. Quedó Vicenç, un catalán que traía los pies congelados de cima, acompañándome (6ª foto). Como veíamos que no llegábamos al C1, preparamos un campo provisional en el plateau por encima del serac y dejamos a Pepe allí en una tienda con oxígeno, agua, comida, 3 colchonetas... Nos aseguramos de que regía bien... En fin, que estaba bien. Había un motivo para bajar. Durante el trayecto había enviado multitud de mensajes a su grupo por las emisoras de los sherpas con los que nos cruzábamos pero parecía que no llegaban. El último indicando la situación encima del serac.(Efectivamente, luego confirmamos que de unos 20 mensajes, solo llegaron 2). Y bajamos. Vicenç se quedó atrás con sus pies congelados y yo bajé corriendo. Por suerte el último mensaje sí llegó bien y casi en el campo base me encontré con Jordi Tosas que subía al rescate.(El día anterior había intentado subir con dos Sherpas pero una tormenta los rechazó en el serac) Jordi llegó de madrugada donde Pepe, lo bajó él solo del serac y llegó al C1 en la misma noche. En el campo base me dijeron que iba a subir Nacho Orviz para ayudar. Por mi parte dormí un poco y también salí para el C1 de madrugada. A primera hora de la mañana allí estábamos aunque la situación ya estaba controlada. Nacho y yo le llevamos a Pepe hasta la zona pedregosa y desde allí los tibetanos le transportaron en volandas por los deslizantes canchales hasta el CB y de inmediato Jordi salió disparado a Katmandu para hospitalizarle. En resumen, pese a que la montaña estaba llena de gente solo ayudaron a Pepe los mencionados: Vicenç y los grandes alpinistas (Nacho, Ferran y Jordi) y hay que destacar a estos tres porque a veces he leído escritos despectivos de los de las *etiquetas*. Mi testimonio es que se portaron de puta madre, antes y después del accidente. Fueron muy simpáticos con todos los alpinistas que andábamos por allí y cuando ocurrió el suceso se volcaron con Pepe, mucho más de lo que este resumen pueda indicar. Ése fue mi Cho Oyu, una experiencia sin cima pero completa. De todas formas, subo una foto de mi amiga Lucía con las vistas desde cumbre para quien quiera saber lo que se ve desde allí. Así que ojo con los ochomiles, que tienen otros códigos, como se puede ver en este vídeo en el que aparece un checo que se quedó sin fuerzas en el serac y nadie le ayudó. ************ Contraté la expedición con Monterosa y, para quien quiera rutas, a continuación los enlaces a los tracks entre campamentos. De todas formas en este tipo de montes la ruta cambia cada año según la huella que se forme. Del Campo base chino al campo medio Del campo medio al campo base avanzado Del campo base avanzado hasta el campo 1 Del campo 1 al campo 2


1: Mi CHO OYU
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2: C1
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3: ABC
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4: SERAC
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5: RÁPEL
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6: C2
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7: CHECO MUERTO
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8: C3
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Lugares de interés (POIs) del Mapa

1: Mi CHO OYU


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7: CHECO MUERTO


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