Teruel es gris, el gris de las Cuencas Mineras. Podemos decir que hemos sentido Teruel desde dentro, a doscientos metros bajo tierra en una mina de carbón donde nos recrearon una profesión denostada y olvidada quizás por la oscuridad en la que te sumergen sus paredes. Pero por allí estaban Daniel y Rosa que nos iluminaron las estancias y nos transportaron al verdadero significado de lo que es “mancharse las manos”.