El puente romano
El puente romano forma parte de la Vía de la Plata que unía Mérida con Astorga. En realidad, el trazado de la Ruta de la Plata discurría por una ruta natural conocida desde antiguo, utilizada como camino de trashumancia y de transporte de mercancías, realizada con losa de piedra asentada sobre un firme compuesto de tres capas formadas de cantos aglomerados con cal, bajo los cuales se encontraba una capa de arena que hacía de separación con el fondo, y limitaba lateralmente con bordillos de piedra. En la actualidad, los catorce arcos del puente más cercanos a la ciudad son romanos, mientras que los otros once restantes han sufrido reconstrucciones a lo largo del tiempo. Junto al puente romano se encuentra un verraco ibérico de origen celta y símbolo del arte prerromano salmantino. Este verraco ha quedado unido a la literatura a través del Lazarillo de Tormes.