La ciudad de Cartagena fue fundada por el cartaginés Asdrúbal el Bello en el año 227 a.C., quizás sobre un anterior asentamiento ibérico o tartésico.3 Además se tiene constancia de actividades comerciales en la zona desde al menos el siglo VI a.C.
La economía de Cartagena se basó tradicionalmente en la explotación del plomo, plata y zinc de la sierra minera y el sector químico (sulfuro, abonos fosfatados y explosivos). En la actualidad, agotados los filones mineros, Cartagena vive principalmente de la construcción y reparación naval, el refinado de petróleo y la exportación de aceite de oliva, frutas, cítricos, hortalizas, esparto, vino y productos metálicos. Así mismo, es una de las principales bases navales del país, junto con Rota y Ferrol, y un emergente destino turístico gracias a su denso patrimonio artístico, legado de más de 2.500 años de historia.
Cartagena es famosa por sus fiestas mayores de Carthagineses y Romanos y las procesiones de Semana Santa, declaradas de Interés Turístico Internacional. De su vasto patrimonio monumental destacan el Submarino Peral expuesto en el puerto, el recién restaurado teatro romano (el más grande de la península tras el de Mérida), numerosos restos arqueológicos de época cartaginesa y romana, fortalezas, baterías de costa, edificaciones de carácter militar y numerosos edificios modernistas y neoclásicos.