El Volcán
Poás posee uno de los cráteres más grandes del planeta que puede ser observado de cerca por los turistas y es uno de los parques más visitados de Costa Rica por su cercanía de unos 60 kilómetros con la capital San José. Se mantiene activo desde 1980, y en 2009 un seísmo de 6,2 grados Richter causó grietas en sus paredes.