Descripción del sitio
El núcleo urbano se halla a una altitud de 563 metros sobre el nivel del mar, en la partición de aguas de los ríos Matarraña y Algars. En el conjunto urbano destacan los edificios nobles construidos con robustos sillares, generalmente de tono dorado, lo que proporciona a Cretas un gran encanto y belleza.
La población estuvo amurallada y muestra de ello son los tres portales que se conservan de los cinco que poseyó la muralla original: San Roque, San Antonio y el de Valderrobres, principal acceso a la villa hasta el siglo pasado. Todos los portales están definidos por arcos de medio punto y realizados con buena piedra sillar.
La iglesia parroquial de la Asunción es una de las más monumentales de la zona, con una estructura que responde a la tipología del gótico tardío: edificio de planta rectangular, de una sola nave, ábside poligonal y capillas laterales entre los contrafuertes. La nave central se cubre con bóveda de crucería estrellada. El interior de la iglesia se desmanteló durante la Guerra Civil, destruyéndose retablos e imágenes.
La portada está considerada de gran interés dentro del patrimonio artístico aragonés. Se trata de una construcción del siglo XVI, de concepción manierista, basada en los contrastes (dualidad de frontones, diferencias de altura...). Todo el conjunto está enmarcado por dos esbeltas columnas y por un gran frontón superior decorado con un magnífico relieve. El edificio fue incoado Bien de Interés Cultural en febrero de 1.983.
La plaza Mayor compone un conjunto de gran belleza. En medio de la plaza se eleva una esbelta columna realizada en 1.584 y restaurada en 1.962; anteriormente estaba en las afueras del pueblo, detrás de las murallas, y se utilizaba para colgar a los reos que habían cometido delitos públicos.
Portales de San Antonio, San Roque y Valderrobres. Una de las construcciones más características en los pueblos del Matarraña son los portales Capilla, componentes de las antiguas murallas que circundaban las poblaciones. A mediados del siglo XVIII se les añadió la función de Capilla.
Próxima a la capilla de San Antonio se halla la Casa Turull . Fechada en 1.746, es una de las casas palacio más bellas de Cretas. Recibe su nombre de esta ilustre y antigua familia dedicada a la construcción de órganos para iglesias.
La Ermita de la Misericordia. Alejada del núcleo urbano y rodeada de cipreses, su historia puede ser incluso más antigua que la de la propia iglesia, ya que hay indicios que apuntan a que la ermita se construyó con elementos del antiguo templo que se levantaba en la parta alta de Cretas desde el siglo XIII. Cuando en el siglo XVI se construyó la nueva iglesia, se desmontó el viejo templo para convertirlo en una ermita, ampliándolo a mediados del siglo XVIII. Hoy en día la ermita de la misericordia sigue siendo muy querida por los Cretenses que celebran su romería cada segundo sábado de mayo.
Pinturas rupestres y Poblado ibérico .
Prueba de la antigüedad del asentamiento humano en Cretas son las pinturas rupestres descubiertas en su término municipal, en el barranco del Calapatar. En 1903, el arqueólogo calaceitano Juan Cabré descubrió las figuras de unos ciervos pintados sobre la llamada Roca dels Moros. Su relevancia atrajo a Cretas a Henri Breuil, uno de los más eminentes arqueologos europeos del momento, que en colaboración con Cabré estudia las pinturas y descubre nuevas figuras más complejas y variadas en el barranco dels Gascons, no demasiado lejos del Calapatar. Estos hallazgos significarían el principio del estudio del llamado Arte rupestre levantino.
Asimismo, en el barranco del Calapatar y en sus alrededores se concentran la mayor parte de los asentamientos ibéricos del Matarraña, los poblados de Els Castellans en Cretas, el poblado de San Antonio de Calaceite y el poblado de San Cristóbal en Mazaleón serían los más representativos del territorio. Entre los siglos V y II a.C. se concentró una población tan numerosa como la que actualmente puebla esta zona.