Una experiencia inolvidable - Heaven & Hell (sitios de interés)
Descripción del sitio
A finales de julio de este año cogí un avión junto a mis padres y mi hermana con destino Costa Rica. Tras un largo y agotador vuelo llegamos a un país totalmente distinto al nuestro en el que pude disfrutar de una de las mejores experiencias de mi vida. El plan era pasar un par de noches en cada sitio que visitamos para así poder conocer diferentes partes del país, lo cual fue una gran idea.
La primera visita fue a Tortuguero, un parque nacional al que sólo se podía llegar en lanchas y que era famosos por la riqueza de vegetación y animales.
Teníamos varias excursiones planeadas y todas resultaron ser muy interesantes. A pesar de eso, la menos esperada fue la que acabó marcando mi viaje.
Tras hablar con una lugareña que resultó ser bióloga y más tarde nuestra guía, decidimos apuntarnos a una excursión a ver el desove de la tortuga. Esta actividad se realizaba por las noches, en grupos de 4 personas y un guía y no era muy adecuada para menores, ya que era bastante peligrosa. Aun con todo esto,e incluso con tormenta, decidimos ir y arriesgarnos.
Salimos del hotel a las diez de la noche y nos reunimos con nuestra guía en el pueblito. Era obligatorio ir vestido con colores oscuros y estaba totalmente prohibido llevar cualquier tipo de aparato que hiciese luz, ya que las tortugas solo salían a tierra si todo estaba en calma. Recorrimos senderos a oscuras tras la guía, algo que llegó a asustarme ya que se oían ruidos de todo tipo, hasta que llegamos a la playa. Mientras esperábamos, la lugareña nos contó que la noche anterior nadie consiguió ver tortugas y además recibieron la visita de un jaguar. Fue justo en el instante en el que la guía acabó de hablar cuando vimos como una tortuga salía del agua y se acercaba a la arena. La mujer apuntó con una luz especial que no perjudicaba a la tortuga para que nosotros pudiésemos verlo todo con más claridad. Fue impresionante.
Vimos como un animal de dos metros cavaba un agujero de mucha profundidad con sus aletas traseras, ponía más de 60 huevos y trás taparlo bien, volvía al mar. Tuvimos la suerte de ver el desove dos veces ya que al de poco tiempo de que la primera tortuga volviese al mar, otra salió y además pudimos ver un jaguar, que por suerte no se acercó demasiado.
Contra todas las expectativas, conseguimos ver lo que queríamos y la excursión se convirtió en algo mágico e inolvidable. Esto es una clara prueba de que el que no arriesga no gana y, sin duda, nosotros ganamos.