Un auténtico infierno - Carloya - Heaven & Hell (sitios de interés)
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El despertador sonó. Eran las 8 de la mañana de un frío sábado de diciembre en Madrid. Me levanté con pesadez un día más para ir a trabajar. Tenía mala cara: un color pálido y unas ojeras que cubrían mis ojos cansados. No había dormido en toda la noche por miedo a que llegara José, mi marido, borracho como siempre y con ganas de darme una paliza con la que descargar toda su ira . Ya había limpiado la casa, fregado el suelo, planchado su ropa y hecho la comida. Estaba tranquila porque estaba sola.
Cuando me disponía a ir al trabajo escuché la puerta que estaba siendo golpeada bruscamente, José había llegado y no me había dado tiempo a escapar. Mi corazón empezó a latir tan rápido que parecía que iba a estallar, mis piernas temblaban y una sensación de miedo recorría todo mi insignificante cuerpo sin parar. Él se acercó a mí, estaba sudado y apestaba a alcohol barato, entonces fue cuando me agarró fuertemente. Yo gritaba y le rogaba que me dejase tranquila pero me sujetó las manos y me dió un bofetón para que me callase. En ese momento José se puso nervioso, me dijo que no quería tratarme así porque me quería pero que era necesario educar a las mujeres para que aprendiéramos y que no me daba cuenta de la suerte que tenía de vivir para él. Después me metió un puñetazo en la tripa y siguió golpeándome hasta que empecé a sangrar. Con cada golpe yo notaba más dolor y cada vez estaba más debilitada, mi cuerpo ya no respondía, definitivamente me había rendido y solo quería que todo aquello terminase.
Fue entonces cuando me desperté en el hospital, rodeada de enfermeras y dos agentes de polícia. Empezaron a interrogarme sin parar y yo aturdida no supe contestar. Cuando me recordaron todo lo que había pasado pensé que esa vida era un infierno y no podía seguir así. Le quería pero me quería mucho más a mí. Al final le denuncié y la justicia decidió su destino, eso sí, lejos de mí.