Hell-Naroa - Heaven & Hell (sitios de interés)
Descripción del sitio
Aquella mañana de invierno, al despertar sentí que ese día iba a ser inolvidable.
Tan pronto como entró el sol por las rendijas de la persiana me levante y observe como todos los cristales de la casa estaban empañados, dado que en el exterior hacia mucho frio y dentro mucho calor. Acerque la mano a la ventana y seque el cristal un poco con la mano. Pude ver la helada que cayó, la hierba estaba blanquecina, como si hubiese nevado. En ese mismo instante me dio un pequeño mareo, note una presion en la cabeza un tanto extraña, pero como llevaba unos días enferma pensé que sería algo pasajero, pero no.
Más tarde llame al ambulatorio y me dieron cita para esa misma mañana. Desayune, me arregle un poco y cogí el coche para subir hasta el ambulatorio ya que esta en medio del pueblo y tengo que subir una enorme cuesta.
Al salir de la consulta el médico, me aconsejó tomar antibióticos. En ese momento, tan solo eran las doce asi que decidi ir seguido a la farmacia porque a la tarde no sabía si iba a estar abierta o si me apeteceria moverme del sofá con el frío que hacía aquel dia.
Aparque justo en el único sitio que quedaba libre frente a la farmacia. Cuando entre, vi que había una cola impresionante pero decidí esperar y no alterarme. Pasados diez minutos mi turno llegaba, pero de pronto se oyeron unos gritos de clientes y para cuando me quise dar la vuelta uno de los ladrones me apuntaba con una pistola en la cabeza. En ese momento pensé que me moriria alli mismo. La farmacéutica pudo escapar dentro del almacén de los medicamentos , mientras, los ladrones cerraban la persiana y nos ataban con unas cuerdas. Luego, se empezaron a oír de lejos sirenas de policía, ambulancias, bomberos... En ese momento, la dependienta se acercó a la puerta de la farmacia para abrirla pero uno de ellos la alcanzó. La farmacéutica sacó una pistola y mató a uno de los asaltantes pero tuvo la mala suerte de que el otro asaltante le disparara por detrás huyendo después por la puerta. Para cuando la policía llegó, solo estábamos los clientes, la dependienta herida y el ladrón muerto.
Aquel día, fue uno de los peores días de toda mi vida. Todavía me produce una sensación extraña al entrar en una farmacia.
Tan pronto como entró el sol por las rendijas de la persiana me levante y observe como todos los cristales de la casa estaban empañados, dado que en el exterior hacia mucho frio y dentro mucho calor. Acerque la mano a la ventana y seque el cristal un poco con la mano. Pude ver la helada que cayó, la hierba estaba blanquecina, como si hubiese nevado. En ese mismo instante me dio un pequeño mareo, note una presion en la cabeza un tanto extraña, pero como llevaba unos días enferma pensé que sería algo pasajero, pero no.
Más tarde llame al ambulatorio y me dieron cita para esa misma mañana. Desayune, me arregle un poco y cogí el coche para subir hasta el ambulatorio ya que esta en medio del pueblo y tengo que subir una enorme cuesta.
Al salir de la consulta el médico, me aconsejó tomar antibióticos. En ese momento, tan solo eran las doce asi que decidi ir seguido a la farmacia porque a la tarde no sabía si iba a estar abierta o si me apeteceria moverme del sofá con el frío que hacía aquel dia.
Aparque justo en el único sitio que quedaba libre frente a la farmacia. Cuando entre, vi que había una cola impresionante pero decidí esperar y no alterarme. Pasados diez minutos mi turno llegaba, pero de pronto se oyeron unos gritos de clientes y para cuando me quise dar la vuelta uno de los ladrones me apuntaba con una pistola en la cabeza. En ese momento pensé que me moriria alli mismo. La farmacéutica pudo escapar dentro del almacén de los medicamentos , mientras, los ladrones cerraban la persiana y nos ataban con unas cuerdas. Luego, se empezaron a oír de lejos sirenas de policía, ambulancias, bomberos... En ese momento, la dependienta se acercó a la puerta de la farmacia para abrirla pero uno de ellos la alcanzó. La farmacéutica sacó una pistola y mató a uno de los asaltantes pero tuvo la mala suerte de que el otro asaltante le disparara por detrás huyendo después por la puerta. Para cuando la policía llegó, solo estábamos los clientes, la dependienta herida y el ladrón muerto.
Aquel día, fue uno de los peores días de toda mi vida. Todavía me produce una sensación extraña al entrar en una farmacia.