Hell: Tierra Trágame! - Heaven & Hell (sitios de interés)
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Yo, como todas las personas, he vivido momentos magníficos, los cuales son y serán recordados toda la vida. Pero no todos los recuerdos son buenos y maravillosos. También he pasado por momentos vergonzosos y humillantes, y cuando los recuerdo, siento una gran sensación de vergüenza y ridículo. Ahora os voy a contar uno de esos terribles momentos:
Cuando yo estaba en tercero de la ESO, todos los días comíamos en el comedor del instituto, y como es normal, cada uno tenía un sitio asignado. Mi lugar era el peor porque estaba en la esquina del todo, y todos los días me tenía que levantar a por el postre, que estaba en el otro lado de la mesa. Yo soy una persona muy vergonzosa, y no me gustaba levantarme de mi sitio y cruzar el comedor, porque todo el mundo se fijaba en mí y me sentía observada, por eso, pedía todos los días a mis compañeros que me acercaran el postre.
Tras varios meses de clase, la vergüenza disminuyó y me sentía a gusto con todos mis compañeros. Un día, cuando estábamos terminando de comer y se acercaba la hora del postre, como hacía habitualmente, pedí a mis compañeros que me lo acercaran, pero tras varias burlas y chistes, decidí levantarme y cogerlo yo misma. Todos mis compañeros comenzaron a cantar y a llamar la atención para que los alumnos del comedor pusieran la vista en mí. Aquel día que por fín me armé de valor y me levanté, a pesar de que la mayoría el mundo estaba mirando, tuve la mala suerte de que el suelo estaba recién fregado y me resbalé, de tal manera, que al caerme provoqué un fuerte sonido. En el momento en el que me encontraba en el suelo, podía escuchar las carcajadas de la gente, y me sentía ridícula y patética. En ese momento me hubiera gustado quedarme en el suelo hasta que el comedor se vaciara, pero me levanté y tuve que ver cómo todas las personas del comedor me miraban y se reían sin cesar.
Tras tres años, algunos de mis compañeros siguen haciendo bromas y se siguen riendo del suceso de aquel día. Yo hago como que no me importa y me río también, pero en realidad, me dan ganas de salir corriendo y no volver a este instituto. Por eso, cada vez que veo el comedor, me viene a la mente ese mal momento y me siento angustiada pensando en que muchas personas del instituto me recordarán como “la chica que se cayó en el comedor.”