Primera tribu hyboria aborígen en descubrir el uso de la piedra para
la construcción, los hyperboreos, abandonaron la vida primitiva y
nómada para asentarse en enormes moradas amuralladas de piedra,
fundando consecuentemente el primero de los Reinos Hyborios, y también
el más aislado, al norte de Brythunia y al este de Aesgaard. La tierra
de Hyperborea es salvaje y montañosa, sombría y húmeda, siendo su paso
principal el ominosamente llamado "la Puerta de la Calavera".
Lobos grises, osos de las cavernas, renos, bueyes y mamuts, habitan
los tristes picos y las desoladas colinas. La gente común es magra y
hosca, de una altura que no parece ser natural - algunos llegan a medir
hasta 7 pies, de piel pálida, cabello descolorido, pero ojos que
brillan en un verde intenso. Son supersticiosos y viven en chozas y
cabañas tras las murallas de piedra, donde se dedican a la jardinería
en el testarudo suelo, y criando pequeñas cantidades de ganado y
algunos renos.
Las antiguas fortalezas de piedra y altas torres, como Sigtonia y
Pohiola, ahora están ocupadas por Barones y hechiceros, siendo estos
últimos la verdadera fuerza política del país, aterrorizando a un
temeroso pueblo mediante artes ocultas y negras, cultos asesinos, y
sacrificios humanos.
Religión
Los hiperboreos confían en el sombrío dios Crom de la Alta Montaña, jefe de todos los dioses, que mora en Ben Morgh. No son muy adeptos a las plegarias, y creen que hay poco que esperar en el presente y en el futuro, y que a los dioses no les interesa ser venerados, sino que es mejor dejarlos con su propia indiferencia hacia los mortales. Sin embargo, existe un ritual que se celebra al nacer un niño varón, en el que se pide a Crom que otorgue al infante "poder para luchar y matar". Los hiperboreos creen que después de la muerte, el alma vaga por la Montaña de Crom, un reino triste de nubes grises, nieblas frías y vientos susurrantes, por toda la eternidad.