Es románico ultramodernista, en su área se forma una amplia Cruz Latina, su altar único ocupa el centro del crucero y en la cumbre del templete, sostenido por cuatro columnas torneadas en espiral, está la preciosa imagen de la Virgen de Fátima que alumbra su amorosa luz. En los muros del templo se observa una serie de amplios y elegantes vitrales. El ara o altar es una enteriza laja blanca sobre bases de mármol negro. La luz entra a torrentes y el iris de sus vitrales amplios juegan como un encantado caleidoscopio.