ROZANDO EL CIELO - Heaven & Hell (sitios de interés)

Descripción del sitio

Habían transcurrido cinco semanas desde que aterricé en aquel exótico país, Australia. Cansada de recorrer la moderna ciudad de Sídney, decidí apuntarme a una de las actividades ofrecidas por el centro en el que mejoraba mi nivel de inglés. Dudé entre un arriesgado, pero a su vez excitante, salto desde avioneta y una excursión de día a Anna Bay, un pueblo en la costa este de Australia, al norte de Sídney. Finalmente, me decanté por la segunda opción, una decisión muy acertada.


El punto de partida fue el hotel Vibe, situado frente a la estación de trenes. Nos reunimos allí cerca de 20 personas, la máxima capacidad del minibús que nos transportó. La mayoría de mis compañeros eran estudiantes o trabajadores nacidos en algún país del hemisferio norte, ya que todos estábamos en vacaciones de verano. Muchos de ellos habían venido de Austria, República Checa y Alemania. En este último vivía mi amiga Eltna, una chica de 20 años y origen indio. Ella fue mi acompañante durante el entretenido viaje de tres horas. Ambas nos encontrábamos muy a gusto en aquel ambiente de película, una furgoneta llena de jóvenes alegres al ritmo de Janelle Monae, el cantante de la canción de moda “Tonight we are young”. Me sentía como una surfista sin más preocupaciones que el estado de la mar.


Al llegar a Anna Bay, tuve la sensación de haberme cambiado de país, aquel amplio y salvaje paisaje tenía gran similitud al Desierto del Sáhara. Sin embargo, escondida tras las grandes dunas de arena clara, estaba la orilla del mar. Recuerdo que el lugar me inspiró tranquilidad y un sentimiento de libertad como ningún otro sitio había conseguido hacerlo. Y como no pudo ser de otra forma, el día estuvo lleno de sorpresas. Para quedarnos con un mejor recuerdo de dicho paraíso, disfrutamos de los dos extremos de la naturaleza de una forma muy particular.


Recorrimos las gigantescas dunas sobre jorobas de camellos, siendo nosotros sus guías en ese momento. Ninguno quería que llegase la hora de bajar, y no solo porque se terminara el fantástico recorrido, también nos inquietaba la manera de agacharse de aquellos corpulentos animales. A continuación, probé por primera vez el "snowboarding" que consistía en bajar las dunas en una especie de trineo de plástico. Lo recuerdo como una de mis experiencias más divertidas, ya que conseguí ganar una carrera tras varios choques y volquetes.


Por último, después de tomar el característico pic-nic australiano, nos desplazamos a bordo del catamarán "Sunlight" hasta la mayor concentración de ballenas en Australia en aquella época, a varias millas de Port Stevens. Sin duda fue algo que nunca olvidaré, los delfines saltando junto al barco y  los más grandes mamíferos pasando bajo al catamarán es la imagen más bonita que  he visto nunca. Así es como llegué a apreciar el valor de la naturaleza.


Sin embargo, la excursión llegó a su fin y volvimos a la furgoneta. Esta vez, el silencio se apoderaba del vehículo. Fruto del cansancio, la mayoría utilizamos el trayecto de vuelta a la gran ciudad para dormir. Eso sí, soñando con el gran día que habíamos dejado atrás.img_7425web.jpg

Mapa del lugar de interés ROZANDO EL CIELO

Panorámica interactiva con Google Street View

fotografía panorámica de ROZANDO EL CIELO, con el API de Google Street View

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